Don Bosco

domingo, 25 de enero de 2009


Giovani Bosco, nació el día 16 de agosto de 1815, en Becchi, en una aldea del norte de Italia, Castelnuevo D’Asti.

Este original personaje era hijo de humildes obreros, cristianos, italianos y pobres. Solamente tenia dos años cuando murió su pabre. Su madre "Mamá Margarita", se encontró sola con tres niños y en la mas profunda miseria. A consecuencia de ello, el pequeño Juan se dedicó desde muy joven a trabajos de jornalero. Fue sucesivamente pastor, aprendiz y saltimbanqui. Al mismo tiempo y siempre que podía ocupaba los pocos ratos de ocio estudiando.

A los veinte años entró en el seminario y el 5 de junio de 1841 fue ordenado sacerdote.

Dom Bosco, apóstol de la juventud y hombre entregado al bien del prójimo, se dedicó con su amor e "ilusión" a la ayuda de los más necesitados. Creó patronatos y escuelas primarias y contruyó basílicas. Fundó dos Congregaciones y una Orden Tercera - los Cooperadores Salesianos -, que cuenta actualmente con mas de quinientos mil miembros.

Según el P. Ramón Reguart S.I., cita que "debido a su fabulosa imaginación y extraordinaria capacidad intelectual, llegó a ser un excelente prestidigitador, con el único objetivo de ganar almas por medio de la práctica de este arte".

En 1886 Dom Bosco visitó Barcelona (cuna de grandes magos), e hizo una profecía diciendo las siguientes palabras: "En el Tibidabo debería ser erigido un templo al Sagrado Corazón de Jesús". Dos años después, el día 31 de enero de 1888, fallecía de Turín, y sus restos mortales son visitados como sagrada reliquia en el Altar Mayor de la Basílica de nuestra Señora de la Ayuda.

En fecha 2 de junio de 1920, fue beatificado, y el día 1 de abril de 1934, fue canonizado por S.S. el Papa Pío XI.

En consecuencia y por tal motivo, como figura humana y artística ejemplar, los ilusionistas le eligieron como su santo Patrón celebrando dicha Festividad, el día de su fallecimiento 31 de enero, San Juan Bosco.

Este santo hombre consagró su vida a la religión y a la caridad, y encontró tiempo suficiente para poder desarrollar otro talento, que fue el de ilusionista. Desde su mas tierna infancia utilizó sus dones extraordinarios de prestidigitador para divertir a las gentes de su aldea. Y por toda recompensa, él pedia solamente... oraciones.

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